El Quehacer Político en la Cultura a través del Enfoque///Litza Deniss Durán Espinosa///Fiestas, música y danzas de nueve países latinoamericanos entran a lista de la Unesco
Por Litza Deniss Durán Espinosa
Entre las manifestaciones inscritas como Patrimonio Cultural Inmaterial de Cuba, Chile, Perú, El Salvador y Venezuela destacan las de Panamá y Paraguay que están en la categoría de Salvaguardia Urgente
Además de las celebraciones religiosas de México —la Pasión de Cristo en Iztapalapa— y Bolivia —la fiesta de la Virgen de Guadalupe en Sucre—, las manifestaciones culturales de otras cinco naciones de América Latinafueron inscritas en estos días por el Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco en su Lista Representativa.
Este miércoles, en el tercer día de la reunión del comité en Nueva Delhi, India, fueron elegidas las tradiciones del son cubano, el circo de tradición familiar de Chile, la música y danzas sarawja de los aimara de Perú, el Festival de Flores y Palmas de El salvador y el joropo venezolano.

Destacan entre las nuevas inscripciones la cerámica ñai’upo de Paraguay y las casas quicha de Panamá, porque entraron en la Lista de Salvaguardia Urgente, lo que activa una alerta internacional para rescatar estas prácticas tradicionales.
Las inscripciones urgentes
El ñai’upo (que significa “hacer de barro” en guaraní) es un sistema de conocimientos transmitido de madres a hijas que ha resistido la colonización y la modernización. Sin embargo, el censo actual de portadoras es crítico: apenas quedan cinco maestras en la ciudad de Itá, ocho en Tobatí y una sola artesana de edad avanzada en Yaguarón, reconocida como Tesoro Nacional Vivo.
La viabilidad de técnica prehispánica con valor histórico está en riesgo por tres factores principales, la falta de relevo generacional, la escasez de materia prima y la precariedad económica de las artesanas, señala el expediente paraguayo.
Se espera que la inscripción de este arte cerámico ancestral en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial ayude a la implementación de medidas urgentes de salvaguardia al permitir a Paraguay acceder a cooperación y asistencia internacional para garantizar su continuidad.

En la misma Lista de Salvaguardia Urgente están las técnicas de construcción de las casas de quincha de Panamá, una decisión que reconoce el valor climático de esta arquitectura ancestral pero alerta sobre su inminente desaparición debido a la escasez de materias primas.
La técnica consiste en levantar un armazón de madera y caña amarga que posteriormente se rellena con una mezcla de barro, paja seca y agua. Este diseño ofrece una alta resistencia térmica, manteniendo el interior fresco ante las temperaturas extremas del “Arco Seco” panameño, además de poseer propiedades antisísmicas gracias a la flexibilidad de sus materiales.
Esta inscripción busca proteger la “junta de embarre”, el tejido social que hace posibles estas casas, que no se construyen con dinero, sino con solidaridad. La comunidad se reúne en una jornada festiva para pisar el barro y levantar los muros colectivamente, bajo un sistema de reciprocidad donde hoy se ayuda al vecino para recibir ayuda mañana.
El Salvador, primerizo
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) inscribió este miércoles el tradicional Festival de Flores y Palmas de El Salvador, en lo que constituye la primera declaratoria de este tipo para el país centroamericano.
El festival de Flores y Palmas es una forma tradicional de agradecer la llegada de la época de lluvias y celebrar la fiesta de la Virgen de Concepción. De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, la inscripción constituye un reconocimiento a “la riqueza, profundidad y vitalidad de nuestras tradiciones vivas”.
La cancillería comenta que Flores y Palmas, que se hace el primer domingo de mayo, “es un testimonio excepcional de la espiritualidad, creatividad colectiva y continuidad cultural de la comunidad de Panchimalco, cuyas mujeres, portadores y familias han preservado, transmitido y renovado esta manifestación a lo largo de generaciones“.
Al encuentro, donde se juntan tradiciones indígenas y cristianas y se realiza anualmente, concurre una numerosa cantidad de turistas locales y extranjeros.
Música y baile
Desde el martes, el Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco inscribió al joropo de Venezuelaen su Lista Representativa.
“Son fundamentales las contribuciones de la Unesco al mundo, ya que promueve la democratización de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación, al tiempo que protege la biodiversidad, en aras de alcanzar el progreso y la justicia social para todos los pueblos”, declaró en la plenaria la embajadora de Venezuela en la India, Capaya Rodríguez González.

Esté miércoles, el comité inscribió el sarawja de Perú, destacando que esta práctica musical y dancística aimara “fortalece el diálogo entre comunidades, grupos e individuos”.
Ramiro Silva, delegado permanente de Perú ante la Unesco, señaló que “el sarawja es mucho más que música y danza; es una práctica colectiva que celebra la vida, la tierra y la abundanciay que expresa, a través del canto, la música y el encuentro comunitario, valores de reciprocidad, solidaridad y un profundo vínculo con la naturaleza”, declaró .
El comité reconoció al sarawja —también conocido como sarawjatana— como “el vehículo más importante de identidad social y cultural en su región, ya que fortalece cada año un sentido de pertenencia vinculado a las costumbres, la lengua nativa, el territorio y la historia” en los distritos de Cuchumbaya, Carumas y San Cristóbal.
También este miércoles el Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco inscribió el son cubano en su Lista Representativa, otorgándole estatus universal, y destacando que se trata de un “pilar histórico” de la música tradicional bailable de Cuba con más de un siglo de mestizaje artístico.
De acuerdo con Sonia Virgen Pérez, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, se trata de un “reconocimiento que honra la creatividad, la memoria colectiva y la vitalidad de nuestras comunidades en momentos tan difíciles de nuestro país”, de los cuales culpó a Estados Unidos.
La inscripción de esta tradición musical del país caribeño lo destaca como una práctica cuya “variedad y riqueza, con ritmos tradicionales de ascendencia africana y europea, son resultado de la memoria y transculturación de la nación”.
Circo en chile
El circo de tradición familiar de Chile, que fue inscrito este miércoles, es una práctica con más de dos siglos de historia sostenida por familias que viajan en autocaravanas y levantan sus carpas en ciudades, pueblos y zonas rurales para mantener vivo un oficio que forma parte del imaginario chileno.
Se trata de un reconocimiento “a las familias, compañías, comunidades portadoras que han sostenido, transmitido y renovado durante generaciones, saberes, prácticas y ritos que forman parte de nuestra identidad colectiva”, dijo en Nueva Delhi la subsecretaria de Patrimonio Cultural de Chile, Carolina Pérez.
Cada uno de estos circos está integrado por familias que desarrollan su vida bajo la carpa y que mantienen rituales propios —como bautizos, debuts, matrimonios o funerales— mientras sus integrantes asumen múltiples oficios, desde acróbatas y payasos hasta técnicos o maestros de ceremonia, sin distinción de género.
Además de su valor cultural, el circo cumple una función social: organiza funciones solidarias, acompaña a comunidades afectadas por desastres naturales y se ha convertido en un espacio inclusivo para mujeres, personas LGTBIQ+ y artistas históricamente marginados. Su actividad itinerante también aporta dinamismo económico a las localidades donde se instala.

