El Quehacer Político a través///Jose Alberto Prado Angeles///Le apagan todo en la ONU a Trump

Por José Alberto Prado Angeles
Director General y Editor
“Estas son las dos cosas que recibí de las Naciones Unidas: una escalera mecánica defectuosa y teleprompter defectuoso. Muchas gracias”, fue el comentario de Donald Trump -el martes pasado- cuando hizo uso de la palabra ante la asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Tuvo que sucederle a Donald Trump, a quien no le gustan las improvisaciones y que hizo dos rabietas en su visita al organismo internacional. Primero, a su llegada -a pesar de que recientemente fue diagnosticado con insuficiencia venosa crónica, que le provoca la hinchazón de sus pies-, tuvo que subir caminando la escalera eléctrica para llegar al primer piso del edificio; aparentemente sin razón, en el momento en que su esposa Melania y el mandatario se disponían a “dejarse llevar” por el mecanismo para ascender, dejó de funcionar la escalera y tuvieron “echarse a patín”, lo que provocó una obvia molestia a Trump. Y ya en el podio, cuando se disponía a iniciar su “recital”, se percató de que el prompter donde estaba su discurso no funcionaba. “Lo único que puedo decir es que quien esté operando este teleprompter está en grandes problemas”, dijo Trump ante la risa de los representantes de todos los países en la ONU.
Trump nunca ha sido un simpatizante de la ONU como organismo. En diferentes ocasiones, durante su primera campaña presidencial, criticó al organismo. Concretamente, en marzo de 2016, buscando apoyo a Israel -que tenía en ese entonces una tensa relación con el organismo-, dijo: “Naciones Unidas no es amiga de la democracia. No es amiga de la libertad. Ni siquiera es amiga de Estados Unidos”. Y en su primera intervención como presidente -18 de septiembre de 2018- fue retórico ante la Asamblea al decir que “en años recientes, las Naciones Unidas no han alcanzado su pleno potencial debido a la burocracia y mala administración. No estamos teniendo resultados que correspondan con la inversión que hacemos” y amenazó con reducir los fondos. Trump decía que Estados Unidos aportaba mucho dinero y no se reflejaban resultados, además de que el modo de operar estaba “atado a formas del pasado que no funcionan”.
Entonces, uno se pregunta, ¿la falla de la escalera eléctrica y el prompter fue casualidad? La respuesta solo la tiene el responsable, si es que lo hubo, o simplemente fue el destino y la casualidad.
Lo que no fue una casualidad es que Trump -a pesar de su enojo- no perdió el tiempo en el podio de la ONU -donde abusó del tiempo que le correspondía-, y aprovechó para hablar de sí mismo y repetir su controvertida afirmación de que él merece el Premio Nobel de la Paz por haber puesto fin a siete guerras.
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