El Quehacer Político a través///Jose Alberto Prado Angeles///La seguridad de México pendiente de un acuerdo

Por José Alberto Prado Angeles
Director General y Editor
Poco más de 800 kilómetros de los 3,141 que tiene la frontera entre México y Estados Unidos -el 26 por ciento- ya se encuentran bajo control -del lado estadounidense- del Comando Norte, lo que es una demostración fehaciente de la importancia que reviste la seguridad para nuestros vecinos. El Pentágono ha acelerado los proyectos de creación de cuarteles militares a lo largo de la frontera para impedir la migración irregular y el tráfico de drogas.
Con Trump en la Casa Blanca, la seguridad es la prioridad número uno, así se trate de que su vecino inmediato -México- sea su principal socio comercial. Es por ello que, en los siguientes días, se espera sea firmado un acuerdo en materia de seguridad, que seguramente estará supeditado al intercambio comercial y a la implementación de aranceles -por parte de Washington- a las exportaciones mexicanas de artículos no incluidos en el actual tratado comercial.
El fin de semana, el diario The Wall Street Journal (WSJ) publicó un artículo que advierte en su título que los “Cárteles de la droga complican el acuerdo de Sheinbaum con Trump”. Se habla en el contenido de la inestabilidad social en México y de la fuga en julio pasado de Zhi Dong Zhang, ciudadano de origen chino ligado al Cártel de Sinaloa y al Jalisco Nueva Generación, quien había sido capturado en octubre por las autoridades mexicanas y estaba a la espera de su extradición a los Estados Unidos, lo que pone en riesgo la negociación del acuerdo.
La presidenta salió al paso de las afirmaciones del WSJ y dijo que “No -peligra-, no sé dónde saca eso el Wall Street Journal sus fuentes, pero no está bien”.
Sin embargo, puede haber muy buenas intenciones por parte de Palacio Nacional en el combate al narcotráfico y en recomponer el tejido social en México, pero la realidad nos habla de otro panorama muy distinto. Solamente retrocedamos unas horas en la historia de la violencia extraordinaria, y nos damos cuenta de que el asesinato de Mario Machica Sánchez, quien se desempeñaba como secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en Cancún, y la agresión mortal en Reynosa de Ernesto Cuitláhuac Vásquez Reyna, quien fuera delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Tamaulipas, nos hablan de una situación de caos que ya se vive en todo el país.
No es obra de la causalidad la militarización estadounidense en su frontera sur y, por supuesto, de no haber una tendencia a la pacificación y regularización de la vida cotidiana, los acuerdos bilaterales están en riesgo e incrementan las posibilidades de que Estados Unidos quieran “intervenir” de manera más directa para asegurarse de no tener un vecino convulsionado que amenace su seguridad. Así que, ¡claro que hay un riesgo!
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