El Quehacer Político a través///Jose Alberto Prado Angeles///Jeffrey Lichtman el abogado de Ovidio y su enorme bocota ponen en modo cabeza fría a la Cuarta T

Por José Alberto Prado Angeles
Director General y Editor
Solo pasaron unos minutos después de que Ovidio Guzmán -hijo de “El Chapo”- se declarara culpable en un tribunal federal de Chicago de supervisar la producción y el contrabando de grandes cantidades de cocaína, heroína, metanfetaminas, mariguana y fentanilo a Estados Unidos, para que su abogado Jeffrey Lichtman se parara frente a los periodistas que lo esperaban afuera de la audiencia y expresara que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, “parece que ella no estuvo satisfecha con que no se informara al gobierno de México que varios capos fueran traídos a la Unión Americana”, citando como ejemplo y como posible justificación de no hacerlo -para no correr riesgos- la exoneración en nuestro país del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, quien fue detenido y acusado en Estados Unidos de proteger a organizaciones criminales, pero que ante la presión del gobierno de López Obrador fue regresado a nuestro país -18 de noviembre de 2020-, donde se desestimaron las pruebas aportadas por la Administración de Control de Drogas (DEA), además de divulgarlas públicamente violando los acuerdos del tratado bilateral en esos temas.
La respuesta de Claudia Sheinbaum a los comentarios del abogado de Ovidio fue desafortunada en tres sentidos: por lo que dijo, dónde lo dijo y frente a quién lo dijo. Pero vamos por partes.
Lo que dijo: “Las declaraciones del abogado son irrespetuosas totalmente de la institución presidencial… Nosotros no establecemos relaciones ni contubernios ni de complicidad con nadie, eso lo sabe el pueblo de México (?)… Es un asunto de la fiscalía, no es un asunto del gobierno”. ¿Y que el asunto del narcotráfico y lo que sucede a su alrededor no es un asunto primordial y prioritario del gobierno de México?
Lo dijo en Culiacán -donde andaba de gira y en el día que Ovidio se sabía se declararía culpable-, históricamente el centro de operaciones del Cártel de Sinaloa y cuna de los principales implicados en este asunto.
Y lo dijo teniendo a un lado al gobernador del estado, Rubén Rocha Moya, personaje que reconoció que, en el preámbulo de la detención, secuestro o entrega del “Mayo” Zambada -25 de julio del año pasado-, “fue convocado por Joaquín Guzmán López para asistir a una reunión con el fin de ayudar a resolver diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado” (?), cuando antes había asegurado que el día de los hechos estaba fuera del país.
La respuesta del abogado Jeffrey Lichtman fue más directa y agresiva: “Al parecer, la presidenta de México está disgustada por mis sinceros comentarios sobre su oficina y gobierno corruptos… Pero el pueblo mexicano (y yo mismo) sabemos que actúa más como el brazo de las relaciones públicas de una organización narcotraficante que como la líder honesta que merece el pueblo mexicano”.
Saque usted sus propias conclusiones.
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