El Quehacer Político a través de la opinión///Tonatiuh Viniegra Da Paula Oliveira///El anticapitalismo de Trump Una delirante intoxicación de poder y autoritarismo

Por Tonatiuh Viniegra Da Paula Oliveira
Analista
La guerra comercial del actual presidente de Estados Unidos nos comprueba lo que ya muchos hemos señalado desde hace tiempo: Que era una pésima idea el regreso de Trump a la casa blanca. Lo increíble es que con todo lo presenciado al momento, aun haya supuestos entusiastas del libre mercado que mantienen su apoyo y su fe en este nefasto individuo. No cabe la menor duda de que así como existen chairos de izquierda, también existen chairos de derecha, incapaces de reconocer sus propios sesgos ideológicos, incapaces de ver más allá de los hechos más obvios y evidentes. Si los chairos son incapaces de ver la corrupción y el nepotismo de MORENA, los chairos trumpistasson incapaces de ver la porquería de persona que es Trump. No ven como manipula los mercados para beneficiar a sus empresas y amigos, no ven como polarizar al mundo para favorecer las dictaduras, ni ven como está socavando el estado de derecho y la división de poderes de Estados Unidos. ¡Aún hay personas que piensan que Trump fue el menor de los males porque al menos no es woke, como Kamala; y porque al menos no promueve la diversidad sexual, como Kamala Harris…… ¡¡¡vaya idiotas!!! Prefieren la destrucción de la economía global, la guerra comercial, el aislamiento sociocultural y los discursos de odio antes que reconocer la humanidad y dignidad de las personas homosexuales y transexuales. Y lo peor es que muchos de los que apoyan a Trumo se dicen a sí mismos “liberales”, como si liberalismo fuera sinónimo de fundamentalismo cristiano y de nacionalismo. Vaya si no entienden nada de nada. Los trumpistas prefirieron la destrucción de los principios liberales de estados unidos a cambio de regresar a la edad media y poder excluir a los homosexuales y transexuales de la sociedad. Prefirieron la destrucción de estados unidos como eje del libre mercado a cambio de un régimen nacionalista cristiano. La tragedia apenas empieza, disfruten lo votado.
Trump apelo a la guerra contra el socialismo, pero la gente no se entera que a cambio les está dando un régimen de socialismo de derecha. Y, seamos honestos, Trump no engaño a nadie.Jamás le prometió a la gente una democracia liberal, ni de lejos. No, al contrario, Trump fue muy muy claro, pues desde el inicio les prometió un régimen nacional socialista, un régimen de socialismo de derecha. Y la gente no lo apoyo por que desearan un modelo de democracia liberal, ni por que se identificaran con la filosofía liberal. Para nada, la gente lo voto por las promesas de intervenir en los mercados internacionales, la promesa de introducir la religión a las escuelas, de volver a segregar a los homosexuales, transexuales y negros; y por la promesa de una sociedad organizada de manera jerárquica y en la que se imponga un orden moral colectivo. Es decir, la promesa de una sociedad colectivista de derecha, anti individualista y anti libre mercado. La gente lo sabíaclaramente desde un inicio y se identificó con ello, les encanto el autoritarismo de Trump, su teocracia, su conservadurismo. Se identificaron profundamente con la homofobia y la transfobia de Trump. Pero, además se identificaron con el terraplanismo y las posturas antivacunas y anticiencia de algunos de sus cercanos, como su secretario de salud, Robert F. Kennedy. Trump es un reflejo del conservadurismo y de las mentalidades retrogradas y medievales de una gran parte de la población americana y occidental, en lo general.
El trumpismo tuvo éxito por que vendió un discurso anti ciencia, de dogmatismo religioso, retrograda socioculturalmente, homofóbico, transfobico, anti individualista, anti libre mercado, anti globalización, anti diversidad y teocrático. Eso es por lo que la gente voto y es por lo que la gente fuera de estados unidos lo apoya, incluidos todos aquellos falsos libertarios. Toda esa gente sigue aplaudiéndole a Trump, lo justifica y lo celebra. Creen que Trump va a salvar a Estados unidos, y al mundo, del progreso sociocultural al que tanto detestan. Lo económico no les importa en lo más mínimo, solo les importa que Trump detenga el progreso sociocultural y que lo detenga a toda costa si es necesario. Principalmente desean que Trumpimpida que se superen los roles, determinismos, esencialismos y mandatos de género, que vienen de la cultura judeo cristiana. Creen que Trump va a salvar y perpetuar la ideología de génerojudeo cristiana e impedirá que se superen las limitaciones y condicionamientos de los roles de género. En términos generales el trumpismo es un anti liberalismo y un anti progreso sociocultural.
En México, aún hay quienes creen que Trump fue el menor de los males, pues consideran que el “wokismo” de Kamala era un mal mayor que el socialismo de derecha de Trump. Sin embargo, Trump es una persona sin escrúpulos, que sin duda alguna acabara perpetuando el sistema de corrupción y de colusión entre políticos y narcotraficantes. Por qué el mercado negro de las drogas es un gigantesco negocio para los políticos, tanto de México como de Estados Unidos. Además la guerra comercial del nuevo habitante de la casa blanca es una gran ayuda para el régimen totalitario de MORENA. Por qué el aislamiento económico beneficia siempre a las dictaduras, ya que elimina las presiones económicas que mantienen un equilibro entre las fuerzas políticas. Este aislamiento económico, beneficia a la autocracia de Sheinbaum y beneficia al proyecto autocrático de Trump. El crimen organizado podrá ocultarse mucho mejor bajo la sombra del aislamiento económico que ofrecen los aranceles de la guerra comercial de Trump, al igual que el nepotismo, la corrupción y la colusión de los carteles del narcotráfico con MORENA. Es tremendamente naif creer que el proceder de Trump pueda beneficiar a México con el problema del narcotráfico y la corrupción. Además, ante el autoritarismo creciente en Estados Unidos, la concentración del poder y la dilución del estado de derecho, será aún más fácil para MORENA llevar a cabo su proyecto de desaparecer por completo el estado de derecho en México, sin que sea siquiera relevante para la nueva administración de la casa blanca. Pues con el debilitamiento de las instituciones y del estado de derecho en Estados Unidos, lo que sucede en México más que verse mal, será más bien el aliado perfecto para la autocracia que Trump desea. Y entendámoslo muy claramente: Una autocracia en Estados Unidos es el peor escenario para un México que ha caído bajo la autocracia de morena. Al contrario de lo que la mayoría cree, Trump será un gran aliado para Morena y su narco régimen.
Por otro lado, Trump se ha dedicado a atacar al presidente de Ucrania, mientras que ha justificado y banalizado incluso los peores crímenes de guerra cometidos por Putin. Además, está apoyando el genocidio de Netanyahu en palestina. Y lo aclaro: Estar en contra del genocidio que está llevando a cabo Netanyahu no es, en lo más mínimo, ninguna forma de simpatía por el régimen terrorista, asesino y monstruoso de Hamas. Madurar es aprender a no caer en falsas paradojas. Es decir, Trump se ha puesto del lado de los autócratas tanto de derecha como de izquierda y en contra de las socialdemocracias y democracias liberales. Y esto implica estar en contra del libre comercio. Y más aún, esto implica estar en contra del mundo libre. Trump se orienta cada día mas al modelo de Alexander Duguin, el ideólogo de Putin, quien constantemente celebra las acciones de Trump. A la par, la secta de fanáticos religiosos de Trump. MAGA, está a toda marcha avanzando en sus discursos teocráticos y antiseculares; y con ellos las ideas del fundamentalismo cristiano han avanzado muchísimo en Estados Unidos. Eso implica un retroceso muy lamentable para la sociedad americana. Tarde o temprano acabaran cayendo en cuenta del error que cometieron. Esperemos que para entonces el daño hecho no sea tan grave, ni para el pueblo americano ni a nivel geopolítico.
La guerra comercial y la batalla antiwoke
Desde que llego al poder en esta segunda ocasión, Trump se ha dedicado a intervenir los mercados de todas las formas habidas y por haber, yendo en contra de todos los principios del libre mercado. Es brutal el nivel de estatismo e intervencionismo al que Trump ha llegado en el poco tiempo que lleva en este segundo mandato. Si durante su primer periodo tuvo un desempeño pésimo, genero una brutal inflación y tuvo una pésima gestión económica, en el inicio de este segundo mandato su intervencionismo económico ya puede considerarse sin exagerar en lo más mínimo una forma de socialismo de derecha. No solo está interviniendo los mercados internacionales, también está interviniendo la industria a nivel interno. Pero además está interviniendo en los deportes, en las universidades, y en la educación en general. Y tal vez el gesto más socialista es que está interviniendo en los procesos socioculturales con su batalla anti woke. El proyecto de Trump es un abierto proyecto de intervención estatal, en pro de imponer una moral y una forma de vida colectivas. Un proyecto de una abierta y grotesca planificación centralizada que representa el socialismo de derecha de este siglo.
La guerra comercial de Trump está causando estragos a nivel internacional, pero también está causando estragos en la economía americana. La falta de certidumbre y de estabilidad financiera acabara causándole a la económica de Estados Unidos tanto daño como a las demás economías. Esta guerra económica acabara provocando que los demás países migren a nuevos mercados, que se creen nuevas relaciones comerciales, que se abran nuevos mercados e incluso que se construyan relaciones comerciales más libres entre los demás países, como ya estamos viendo entre Europa y China. Con lo cual, Estados Unidos acabara siendo poco a poco relegado del centro de la escena de las relaciones comerciales mundiales. Y tal vez acabe siendo algo positivo, porque podría ser que las relaciones comerciales se diversifiquen y se multipliquen entre países que antes había poca o casi nula relación comercial. Y es que es el proceso natural de adaptación de los mercados: Cuando una puerta se cierra, se buscan nuevas alternativas, así de fácil. Trump ya ha llevado a la quiebra a más de una empresa y a más de un negocio, esperemos que no suceda lo mismo con el nuevo negocio que administra: Estados Unidos. Y es que Trump es el gran ejemplo del por qué los políticos NO deben de intervenir en la economía, del por qué los políticos NO deben caer en la fatal arrogancia de la que hablaba Hayek. Y vaya si Trump es la encarnación de la fatal arrogancia de la que hablaba Hayek, la arrogancia de creer que puede decidir lo que es mejor para las miles de decisiones e intereses que entran en juego entre los individuos que día a día conforman las dinámicas de los mercados. Cuando los políticos se creen poseedores de una verdad superior y que por tanto creen tener el derecho de decidir sobre las relaciones comerciales, siempre acaban causando un gran daño, como lo está haciendo Trump y como lo hacen todos los políticos socialistas, tanto de izquierda como de derecha. Los políticos deberían estar para administrar la procuración de justicia y el cumplimiento de los acuerdos entre individuos; además de proteger los derechos individuales. Pero cuando los políticos se creen dioses, cuando creen que pueden dictarle a los demás como relacionarse sexual, cultural o comercialmente con los demás; cuando creen que pueden ordenarle a los demás que pensar, como vivir, como comerciar, siempre acaban equivocándose y equivocándose de maneras trágicas. Por qué no pueden poseer toda la información de todas esas relaciones, intereses, necesidades, condiciones de posibilidad particulares, ni pueden producir todas las alternativas, soluciones, innovaciones y rutas alternas que los individuos, en su colaboración e interacción cotidiana con otros individuos, generan.
Un mundo libre como respuesta al socialismo neofascista de Trump
Frente a la embriaguez de poder de Trump, el mundo libre debe responder aliándose y creando nuevas rutas comerciales, nuevos mercados, nuevas alianzas y nuevas zonas de libre comercio. Pero también debe haber una respuesta discursiva, debe responderse desde una narrativa de progreso sociocultural, de apoyo a la diversidad, de libertad individual y desde una posición de política secular. En estos momentos, las sociedades occidentales que aspiran a las democracias libresdeben unirse y abrir sus fronteras, sus mercados, sus culturas y abrazar plenamente el diálogo intercultural. El ataque de Trump a Harvard tendría que responderse con la unidad de las universidades a nivel internacional, porque no debemos permitir que los políticos dicten lo que se puede decir y prohíban los temas que incomoden a sus dogmas religiosos o ideológicos. Asumámoslo con franqueza, el proyecto de Trumpes un proyecto de enorme intervencionismo estatal que aspira a la completa planificación centralizada de toda la sociedad. Frente al socialismo de derecha de Trump, occidente debe responder con la apertura entre las naciones y entre las sociedades, e incluso con el dialogo, la cercanía y la colaboración de las universidades. Ante la planificación centralizada de la derecha de Trump, como ante a la planificación centralizada de la izquierda de sheinbaum, es urgente que las sociedades reaccionen, que despierten y empiecen a tomar rutas discursivas que contrarresten estas corrientes intervencionistas, totalitarias y autocráticas.