El Quehacer Político///José Alberto Prado Angeles///Los renglones torcidos de la sedicente izquierda
Por José Alberto Prado Angeles
Editor y Director General
Uno de los publicistas más sinceros de la 4-T José Agustín Ortiz Pinchetti presento su opinión bajo el rubro Despertar de la cuarta República, que condensa la idea-fuerza de lo que pretendería ser el nuevo proyecto de Nación, como fase superior de las tres revoluciones mexicanas previas, con sus respectivos Congresos constituyentes y sus entramados doctrinarios y programáticos.
Salvo algunos enunciados dictados al socaire de la oportunidad mediática, todavía no encontramos una definición medianamente atrapable y comprensible de lo que es la Cuarta transformación, con un cuerpo doctrinario y un programa de largo aliento que no sea el Plan Nacional de Desarrollo (PND).
En el viejo régimen trasvasado al neoliberalismo, aunque existían partidos nominal y numéricamente menores, con postulados socialistas, comunistas o liberales, los politólogos mexicanos o extranjeros encontraban que era en el interior del Partido de la Revolución donde se confrontaban las corrientes de izquierda y de derecha, que se diluían en un híbrido y pragmático pero dominante centro, conducido, con suavidad y maña, por el presidente de la República como fiel de la balanza.
Hasta la Reforma Política 1977-1978, con el sistema de diputados de partido, la representación de las minorías se acreditó ante el Poder Legislativo con el denominado voto ideológico; después, denominado plurinominal. Fue con dicha reforma que se dio por institucionalizada a la izquierda, carril por el que se impuso nueva correlación de fuerzas partidarias en la LIV Legislatura federal instalada en septiembre de 1988, a la que fueron incorporados incluso algunos ex militantes de la opción armada. Del árbol de la Ciencia, la izquierda fue tentada con el fruto envenenado: Los subsidios públicos.
¿Cuándo olvidaron los políticos mexicanos la soberanía popular? Si vale la referencia, en América, la idea de izquierda se sedimentó de la experiencia pre- cursora de la Asamblea Nacional Constituyente de la Revolución francesa, en la que, por su distribución en el pleno respecto de la mesa debates, los jacobinos ocuparon el espacio izquierdo en el salón de plenos.
En síntesis, esa vertiente, que litigó con éxito contra el clero y la nobleza, se pronunció por la soberanía popular y el sistema republicano. En México, esos conceptos seminales se empezaron a adaptar y adoptar en la Constitución de Apatzingán de 1824, la Liberal de 1857 y la Revolucionaria de 1917, primera con raíces y profundidad social en el mundo.
Así las variantes políticas y sus mutaciones transformadoras en este nuestro Quehacer Político.
Así nuestro Quehacer Político Desde 1980, inquiriendo en la política de México, cuestionando, exponiendo, revelando y razonando.Es cuanto.