Esta semana, López Obrador ha sostenido una serie de encuentros con representantes de países de Latinoamérica y el Caribe, en los que se han tratado diversos temas, especialmente en el ámbito económico.

Ayer, se comprometió ante embajadores de 22 países de la región a impulsar una migración regulada y a privilegiar programas de desarrollo antes que en pensar en muros, contenciones o militarización de la frontera sur de México.

“México quiere no solo ver al sur del continente, sino encontrar con América Latina y el Caribe una visión común sobre el futuro”, dijo Marcelo Ebrard, quien habló a nombre de López Obrador tras la reunión entre el izquierdista y el Grupo Regional de América Latina y el Caribe (Grulac).

“No nada más estamos hablando de relaciones comerciales, sino de recuperar la dimensión de la política (…) no sólo como una opción simbólica sino como una visión”, añadió Ebrard, quien calificó la reunión de “muy cálida y muy fraterna”.

El martes, López Obrador se reunió con el mandatario de Guatemala, Jimmy Morales, y acordaron perfilar un programa de desarrollo y cooperación que ayude a frenar la migración, atendiéndola desde la raíz y no a través del “uso de la fuerza”.

El punto de acuerdo más relevante fue que las cancillerías de ambos gobiernos van a “definir un programa de desarrollo y cooperación” integral que atienda el fenómeno migratorio a través del “desarrollo de los pueblos”, reveló López Obrador.

El Presidente electo expresó su voluntad de que en este programa participen todos los países de Norteamérica y Centroamérica, “para que todos aportemos de acuerdo al tamaño de nuestras economías” y se puedan llevar a cabo y financiar programas de desarrollo.

Se trata, abundó, de “ofrecer mejores condiciones de vida y trabajo a los pueblos para que la gente no se vea obligada a emigrar”, y “no optar como se ha venido haciendo solo por el uso de la fuerza”.